
Apolo, el Dios de la eterna belleza
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Delfos, el oráculo del dios Apolo
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¿Quién era el dios griego
Apolo?
Apolo era un dios muy querido, debido a su asociación con aspectos positivos de la condición humana, como la música, la poesía, la purificación, la curación y la medicina. Sus flechas, aunque podían traer destrucción, también evitaban el daño a quienes favorecía.
Vicente Alcaíde
Apolo fue un importante dios griego asociado con el arco, la música y la adivinación. Epítome de la juventud y la belleza, fuente de vida y curación, mecenas de las artes y tan brillante y poderoso como el mismo Sol, Apolo fue posiblemente, el más amado de todos los dioses. Se le adoraba en Delfos y Delos, lugares que albergaban algunos de los santuarios religiosos más famosos de Grecia.
Hijo de Zeus y Leto, y hermano gemelo de Artemisa, Apolo nació en la isla de Delos (en la
Teogonía de Hesíodo empuña una espada de oro). Su madre, temerosa de la
venganza de la esposa de Zeus, Hera, había elegido la estéril isla de Delos
como el refugio más seguro que podía encontrar. Se dice que, al probar por
primera vez la ambrosía, se transformó inmediatamente de bebé a hombre. A Apolo
se le dio entonces su arco, hecho por el maestro artesano del monte Olimpo, Hefesto.
Apolo tuvo muchos hijos; quizás los más famosos sean Orfeo y Asclepio
Al igual que otras divinidades principales, Apolo tuvo muchos hijos;
quizás los más famosos sean Orfeo (que heredó las habilidades musicales de su
padre y se convirtió en un virtuoso de la lira o cítara), Asclepio (a quien le
dio sus conocimientos de curación y medicina) y, según el trágico del siglo V a. C.
Eurípides, el héroe Ion.
Cómo Apolo obtuvo la Lira
Apolo es un protagonista significativo en el relato de Homero sobre
la guerra de Troya,
la Ilíada. Estando
del lado de los troyanos, presta especial asistencia a sus héroes: Héctor,
Eneas y Glauco, salvándoles la vida en más de una ocasión con su intervención divina.
Llevó la peste a los aqueos, dirigió a todo el ejército troyano (sosteniendo la
temible égida de Zeus) en un ataque que destruyó las murallas defensivas de los
campamentos griegos, y también fue responsable de guiar la flecha de París
hasta el talón de Aquiles, matando al héroe griego, quien era aparentemente
invencible. Apolo es descrito con frecuencia por Homero y Hesíodo como el
"tirador lejano", el "trabajador lejano", el "agitador
de ejércitos" y "Febo Apolo".
Apolo mató a los cíclopes, los gigantes de un solo ojo que hacían los
rayos de Zeus. Como castigo, se vio obligado a pasar un año al humilde servicio
de Admeto de Feras, cuidando las ovejas del rey
Apolo tuvo un papel de hijo obediente de Zeus, padre de los dioses, y
nunca intentó usurpar su posición (a diferencia de Zeus que había derrocado a
su propio padre Crono). Sin embargo, los dos tuvieron una seria pelea cuando
Zeus mató a Asclepio, después de que éste usara sus maravillosas habilidades
medicinales para devolver a la vida a un mortal.
En venganza, Apolo mató a los cíclopes, los gigantes de un solo ojo que
hacían los rayos de Zeus. Como castigo, se vio obligado a pasar un año al
humilde servicio de Admeto de Feras, cuidando las ovejas del rey.
Apolo obtuvo la lira de su travieso medio hermano Hermes, el dios
mensajero. Cuando aún era un bebé, Hermes robó el sagrado rebaño del ganado de
Apolo, invirtiendo hábilmente los cascos de sus patas para dificultar el
seguimiento de sus huellas. A Hermes se le permitió quedarse con sus ganancias
mal habidas, pero solo después de que le dio a Apolo su lira, la cual
había inventado usando un caparazón de tortuga.
El lado más oscuro de Apolo
El lado más oscuro de Apolo, como portador de la plaga y la
venganza divina, se hizo famoso cuando él, junto con su hermana Artemisa, de forma
despiadada asesinó a los seis (o en algunos relatos siete) hijos de Niobe, como
castigo por jactarse de que su capacidad de procrear era mayor que la de Leto.
Otra desafortunada víctima de la ira de Apolo fue el sátiro Marsias, quien
imprudentemente afirmó que era musicalmente más talentoso que el dios.
Las Musas dictaminaron que Apolo ciertamente era el mejor músico. Luego,
éste hizo desollar vivo al mortal por su arrogancia y clavó su piel a un árbol
de pino
Los dos tuvieron una competencia y las Musas dictaminaron que Apolo
ciertamente era el mejor músico. Luego, éste hizo desollar vivo al mortal por
su arrogancia y clavó su piel a un árbol de pino.
El relato es una metáfora interesante de la competencia entre (al menos
para los oídos griegos) la música civilizada y ordenada de la lira de Apolo
y la música más salvaje y caótica de la flauta de Marsias. Apolo ganó otro
concurso musical, esta vez contra el dios pastor Pan, y juzgado como vencedor
por el rey Midas, se convirtió así en el maestro indiscutible de la música en
el mundo griego. La derrota de Marsias y Pan por parte del dios puede reflejar
la conquista griega de Frigia y Arcadia, respectivamente.
Fuente: World History Encyclopedia.
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